jueves, 3 de febrero de 2022

Salud Mental: Cuando el alma se rompe


En estos días de pandemia COVID-19 que se viven la sociedad a través de los medios de comunicación y redes sociales están muy al pendientes de las cifras en cuanto a casos y defunciones por dicha causa. Las noticias principales hablan de las vacunas para terminar con la pandemia y el debate que estas han generado en las diferentes sociedades del mundo.

Pero mientras todo esto acapara la atención de las personas, en silencio y sin llamar mucho la atención estamos viviendo otra pandemia, esa pandemia es la depresión. Hay casos muy sonado de suicidios por esta causa actores, cantantes, deportistas, etc. que llaman la atención como por ejemplo el ultimo y sonado suicidio de Miss Estados Unidos 2019 Cheslie Kryst. Pero estos casos solo hacen ruido por un periodo corto de tiempo, solo importa el amarillismo, la nota, la notica, la primicia. En realidad no importa por que moriste, si no que moriste y quien lo dice primero. Y no solo es responsabilidad de los medios de comunicación, también de nosotros que consumismos la inmediatez y esa necesidad de ver que el "otro" que supuestamente vivía mejor que nosotros también sufre y eso en el fondo nos consuela.  Así es en nuestra sociedad ya normalizamos estas conductas patológicas, como dice el dicho "mal de muchos, consuelo de tontos" 

Es momento que como sociedad asumamos lo que estamos pasando y reconozcamos la importancia de la salud mental y normalizar el acudir con el Psicólogo. Que las personas puedan pedir ayuda sin sentirse desvalorizados y que están "locos", necesitamos ser escuchados por un profesional y mas en estos tiempos en donde la sociedad es bombardeada con mas "información" y mucha de ella innecesaria donde nos van minando mentalmente hasta un punto de quiebre. El como los estándares de hombres y mujeres no se vuelven en un ideal si no se convierten en un martirio donde no importa lo que hagas nunca cumplirás ese ideal que te pintan en redes sociales, donde tu puedes ver cosas indirectas como  ten el cuerpo perfecto, la vida perfecta, no trabajes y gana dinero, el mejor carro, viajes etc. Esta vida de influencers donde las personas aspiran a tener una vida cómoda y lujosa con el menor esfuerzo posible.

Algo va mal en la sociedad cuando tus principales modelos a seguir son Narcotraficantes, Influencers o Empresarios. Es decir, la sociedad aspira a no pensar y se jacta de ello. Entre menos hablamos de salud mental mas problemas de esta índole se aquejan en la sociedad. Es decir ya se normalizaron síntomas como:
  • Sentirse cansado todo el tiempo.
  • Dolores de cabeza constantes.
  • Horarios de sueño irregulares.
  • Falta de apetito. 
  • Desesperanza crónica.
  • Ansiedad.
  • Tristeza profunda.
  • Dependencia emocional.
Todos conoceos en nuestro circulo de amistades o conocidos alguna persona que sabemos tiene problemas pero no los quiere hablar o peor aun, no hay nadie que lo escuche. Y es por esto que es muy necesario que empecemos hablar de temas de salud mental así como se habla de economía y de enfermedades físicas; por que al paso que vamos las sociedades menos avanzadas en estos temas pueden colapsar en el sentido de no ser sociedades funcionales.

Es de suma importancia que los políticos empiecen a tocar estos temas como parte de sus planes de acción y propuestas, pero partiendo de realmente querer ayudar a las personas y no como otra pasarela demagógica que tanto les encanta. Pero si podemos ver los datos son alarmantes: El INEGI reporta el 29.9 % de los habitantes mayores de 12 años presentan algún nivel de depresión ocasional y un 12.4 de manera frecuente 43.3 % de la población mayor de 12 años en algún momento pasara por una depresión, esto de casos registrados por que si sumamos las personas que están fuera de los registros este porcentaje es mayor de seguro.

Como sociedad es nuestra responsabilidad que casos como el de Cheslie Kryst no queden solamente en la noticia y toquen la consciencia colectiva y cambiemos la manera en como interactuamos con temas de salud mental. Recuerda es mas fácil controlar a una sociedad enferma y peor aun, una que no esta consciente
de su mal.

lunes, 10 de noviembre de 2014

¿Te duele el dinero?

¿Te duele el dinero?


Los griegos decían que los Dioses, para enceguecer a un hombre, le daban dinero y poder. El dinero es energía, es un medio (para muchos); para otros sólo un fin. Siempre, un instrumento de aprendizaje en nuestras manos. Si sufres es que no aprendes; si hay padecimiento, no hay comprensión de lo que estás viviendo; esto, aplicable a todos los niveles de vida, lo traslada Anacelis Castro al ‘metal’ en su libro ‘EL DINERO’, premiado con el Teilhard de Chardin, galardón en honor al prestigioso teólogo, paleontólogo y filósofo francés.
Extractamos parte del texto. ¿Lo compras?

Los conflictos con el dinero son indicadores de problemas a otro nivel. Estos problemas materiales son los mismos que, generalmente, vivimos en el plano emocional. Aquí tienes patrones donde tal vez encajes; patrones que te ayudarán a resolver lo que no resuelves.

EL AVARO

Es un ser dominado por el miedo. Su creencia: a mayor cantidad de dinero, mayor seguridad. Guarda “por si le pasa algo”, quiere “estar preparado por si…”. Siempre es negativo. Con este tipo de pensamiento crea entorno a él un malestar continuo, ya que su miedo se está retro-alimentando siempre. Su miedo es cada día mayor.

Puede llegar a tener fortunas… pero seguirá viviendo de manera miserable. Y sucede así, porqueespera que la fuerza y el poder que tanto anhela le lleguen de fuera… cuando ambas son algo interno. NADA EXTERNO MODIFICA UNA CONDUCTA CUANDO ES ALIMENTADA DESDE UN PATRÓN MENTAL.
**Estas son sus características:
  • Incapacitado, desde su estructura mental, para disfrutar
  • Inseguro siempre, por más dinero que tenga
  • Es un ser vicioso, y esto deriva del guardar y acumular dinero desde un plano negativo. Está generando continuamente un cúmulo energético acorde con esta negatividad. Sus sensaciones emocionales le impulsan a seguir con esta conducta. Entra en círculos viciosos cada vez más graves. Se hace daño sin cesar.

EL DESPILFARRADOR

El opuesto al Avaro (aunque, según la Ley de Polaridad, ambos son iguales. Los extremos se tocan). Estamos ante una persona que no puede retener el dinero. Siempre gasta más de lo que debe y llega a quedarse sin nada, destruyendo patrimonios. Si analizamos antecedentes familiares, hallaríamos casi con seguridad una notable cantidad de avaros en su árbol genealógico.

También le habita el miedo, pero (en este caso) miedo a tener dinero y “parecerse a…” No quiere cerca una fortuna porque la relaciona con conflictos y desavenencias.
**Ésta es su principal característica:
  • Tiende a conductas de falta de responsabilidad. Se trata de una forma de bloqueo constante que le impide ver las consecuencias de sus actos

EL QUE VIVE EN POBREZA

No sólo desde el plano material, sino desde el resto de niveles de vida. Es un ser que siente que no le quieren, se siente solo y abandonado. Reclama afecto de forma patológica (parece no alcanzarle nunca lo que le dan o le dicen, sobre todo cuando se trata de los más allegados).

El patrón mental que rige en él es éste: LA DESVALORIZACIÓN, que se traduce en “no sirvo” y “no puedo”. De ahí que active constantemente juegos muy fuertes de exigencia y auto-exigencia, rodeándose, además, de personas exigentes que le hacen vivir exigido al máximo en todas las áreas (desde la laboral, a la emocional, la familiar, la sexual…). Al ser imposible cumplirlo todo, renuncia siempre a todo. Nunca consigue nada. Se auto-sabotea cada día.
**Estas son sus características:
  • Se auto-castiga siempre. Se desvaloriza y reafirma continuamente el “no lo merezco”. Es una suma de conductas sin fin. Una espiral infernal de retro-alimentación dolorosa
  • Llega a convencerse de que “nada bueno me puede pasar” o de que “lo bueno dura poco”
  • Vive siempre en una larga lista de carencias. Se asegura, desde el inconsciente, una vida en la pobreza. Y, también, no poder salir de ella

EL COMPULSIVO

La compulsión funciona desde patrones mentales que garantizan sufrimiento. Compulsión en gasto, en comida, en bebida, en sexo, hasta en fumar; personas ‘enganchadas’ al malestar.
Aparece en los inicios como un auto-castigo, pero va creciendo hasta una auto-destrucción si no se detiene.  Comienza así: “Voy a comprarme algo para darme un gusto” (o, en otra versión, “voy a quedar con esta persona para darme un gusto”); y la tarjeta electrónica empieza a funcionar… o lo que tenga que funcionar en cada caso. Llega el descontrol. Lo que comenzó como un ‘regalo’ se transforma en enojo, culpa, críticas… y más culpas.

No existe el disfrute, pero a la vuelta de la esquina regresa el deseo de más. Una droga real (en los jugadores, la culpa es aún mayor porque la pérdida material que enfrentan perjudica a los seres que más quieren).
**Estas son sus características:
  • Los compulsivos son inconscientes, pero existe un conocimiento consciente de los hechos acompañado, eso sí, de una sensación de no poderse controlar
  • El verdadero motor que impulsa a estas personas es LA NECESIDAD DE DAÑARSE que les genera tanta culpa
  • Sus actos compulsivos tienen características de HÁBITOS. Funcionan casi como algo ‘mecánico’, casi ‘involuntario’, algo que ni ‘registran’. Pero que les daña más y más

¿CÓMO CAMBIO?

En primer lugar, tomando CONCIENCIA de dónde estás. Cuál de los anteriores patrones te mueve. Asúmelo… y di SÍ a dejarlo atrás definitivamente en tu vida. A empezar un importante trabajo de acción para cambiar y dejar de sufrir.
Después, ésta es la consigna: NO ME IMPORTA EL DINERO. Debes hacerla tuya como el respirar.

 Si lo tienes, si tienes dinero, te habrás desapegado de él y nunca te va a faltar porque lo has encajado en tu vida en la “frecuencia suministro”. No intervienes en ella y el dinero llegará siempre a ti conforme a tu necesidad.
– Si no lo tienes, algo impide en tu vida la comunicación con el dinero. Analízalo. Puede que digas “no me importa” como sinónimo a “me supera”, “no puedo”, “no lo merezco” o “no sirvo”. Puede que te estés rigiendo por un patrón de desvalorización. No es posible que no te interese algo que está presente en cada acto de nuestra vida. Ten esto en cuenta: NO HAY NADA GRATIS; cuando algo es gratuito, siempre hay un costo para alguien: lo que vale lo está pagando otra persona.

viernes, 7 de noviembre de 2014

5 TIPS PARA ELEGIR UN PSICÓLOGO

La verdad es que se trata de algo que se ha puesto de moda. La psicología ha pasado de entenderse como una ciencia a la que solo algunos podían acceder y no estaba demasiado bien vista, a ser precisamente la ayuda que se necesita en una sociedad en la que el tiempo es oro y los problemas se nos acumulan sin saber bien cómo resolverlos. 


Un psicólogo como consejero
Acudir a un psicólogo, además de estar a la última por las confesiones de celebrities y famosos, puede ser realmente positivo para cualquiera. Casi todos pasamos por baches en nuestra vida, tenemos ansiedad por muchas cosas, problemas con la pareja o confusiones con los hijos. Y todo esto nos afecta directamente a nuestra salud, tanto a la física como a la psíquica. Un psicólogo que escuche todo aquello que nos preocupa y nos ayude a entendernos a nosotros mismos puede ser la mejor de las soluciones. Pero ¿cómo se elige a un psicólogo?
Ideas para elegir a tu psicólogo
Elegir a un psicólogo no es una tarea fácil. Sobre todo, si es la primera vez que decides visitar uno. Sin embargo, hay varios factores a tener en cuenta que te vamos a explicar a continuación con estos 5 tips para elegir un psicólogo:
1.       Carrera: es una de las primeras cuestiones a tener en cuenta. Saber dónde ha estudiado la carrera y dónde se ha licenciado puede hacerte entender el tipo de profesional que es, y conocer si se ajusta a lo que estás buscando.
2.       Experiencia: tú sabes lo que quieres de tu profesional, con lo que lo mejor es preguntarle una cuestión acerca de lo que te preocupa y si ha tenido otros casos parecidos. De ser así, saber cómo ha actuado te ayudará a estar segura de tu elección.
3.       Recomendaciones: los amigos pueden ser grandes aliados a la hora de ayudarte a decidir. Si ellos han tenido ya un psicólogo o conocen a alguien que lo tenga podrán recomendarte profesionales de primera mano.
4.       Tratamientos: los tratamientos que usa el profesional son también determinantes. Preguntar por ellos antes de decidirte puede ayudarte a que sea lo más correcto. En psicología hay cientos de técnicas y no a todos nos parecen mejores las mismas.
5.       Precio: el precio que paguemos o que estemos dispuestos a pagar influye también mucho. Así que esta parte hay que dejarla bien clara para evitar inconvenientes.6
Como ves, son muchas las variables que inciden en la elección de un psicólogo, pero lo más importante es que tú te sientas segura y confiada para que el tratamiento tenga el efecto más positivo sobre ti.

viernes, 19 de septiembre de 2014

Los riesgos de no ser tú

Los riesgos de no ser tú¿Estás mintiendo? ¿Finges que eres otro para conseguir algo? ¿Qué careta te estás poniendo buscando la conquista, la aceptación o el éxito? ¿Qué parte de ti te avergüenza y escondes? En algún momento, que tal vez ya ni recuerdas, decidiste (de forma consciente o inconsciente) ocultarte. Te vestiste con un disfraz que, a tu modo de ver, posibilitaría el logro de eso que ansías: una pareja, el reconocimiento social, el éxito, el poder, el dinero, un mejor puesto laboral, una vida soñada.


¿Qué te sucede ahora? ¿Por qué te sientes tan mal? ¿Por qué no sabes estar contigo cuando estás a solas? Simplemente, la máscara se resquebraja, no puedes mentirte por más tiempo. Y sí: te estás haciendo daño. Mucho más daño del que crees.
Ahora vamos a contarte las consecuencias que tiene negar quien eres. Entregar tu poder a otros… o vivir en una fingida grandiosidad que esconde siempre el miedo a la pequeñez que en ti ves. Pondremos fin al engaño que te esclaviza y, si nos lo permites, abriremos la puerta a la libertad que te espera y te llama.

¿Estás dispuesto a desprenderte de tus propias garras?
La psicóloga y psicoterapeuta Ana Isabel Rico Prieto trazará las líneas de este mapa que ya mismo, ante ti, desplegamos.
La travesía empieza. Ahora. Salimos de puerto


¿Por qué dejaste de ser tú? ¿Por qué te empequeñeciste como ‘víctima’ o te agrandaste artificialmente como ‘verdugo’? “Pues por varias cosas: porque te gusta una persona y quieres estar con ella, aún sacrificándote a ti mismo; por querer conseguir un trabajo o por querer dar una imagen en sociedad que es más adecuada a la imagen que tú de ti mismo reconoces y no te gusta”.
Y segunda cuestión fundamental: ¿El riesgo de abandonarte puede ser grande, puede llevarte a un trastorno grave? “Sí. Según como te dejes ir, sí”, asegura Ana Isabel Rico. Con ella, te planteamos las tres consecuencias de ese viaje que un día emprendiste: el viaje de tu olvido. Tres escaleras, tres estadios, tres niveles que tal vez ya hayas transitado, estés transitando… o que te aguardan a la vuelta de la esquina si continúas en esta peligrosa ruta vital que te has marcado.

 PRIMERA CONSECUENCIA: LA INSEGURIDAD

Cuando empiezas a alejarte de tu yo comienzas sintiendo esto: inseguridad. Te estás forzando a hacer algo constantemente, algo ajeno a lo que tú eres. Las preguntas que te haces a ti mismo son continuas: “¿Lo estaré haciendo bien? ¿Le gustaré o no le gustaré? ¿Lo conseguiré o no lo conseguiré?”
Por este escalón caminarás un tiempo. Pero rápido, sin darte apenas cuenta, tu olvido de ti te llevará inmediatamente a un segundo paso. El peligro es mayor. El daño que te haces, como comprobarás, está creciendo.


– SEGUNDA CONSECUENCIA: EL CONFLICTO INTERNO, LA DEPENDENCIA, EL INICIO DE LA ENFERMEDAD

“Comienzas ya a cuestionarte qué es lo que estás haciendo; comienzas a plantearte que así no puedes seguir más. Y pasas a un conflicto interno o a una dependencia. Físicamente, puede generar ansiedad (que es lo que suele ocurrir); en casos más graves, te meterías en una depresión“, indica Ana Isabel Rico. Ya estamos en la enfermedad. Ya estás avanzando en el depredador terreno de la dependencia emocional. Y no te has dado ni cuenta de cuándo has cruzado esa puerta. Sólo sabes (eso sí) que tu malestar personal ha ido en aumento.
… Y así es como lo hace. Verás. La mano que guía este viaje, la de Ana Isabel, te lo cuenta:
1.- Tu diálogo interno se mueve en estas espirales constantes, en este parloteo abrumador (consciente o inconsciente) que te resta fuerzas: “¿Hasta cuándo voy a mantener esto? ¿Soy creíble? ¿Me van a pillar?”
2.- Necesitas redoblar esfuerzos para fingir. Y ahí es cuando comienza a ahogarte laCULPABILIDAD porque así te sientes, así te hablas: “Ya es mucha mentira”. Pero no ves otro remedio… y continúas.
3.- Cada día, aunque lo intentes mitigar a través de vías de escape (fiesta, sexo, deporte, alcohol, viajes… un comportamiento quizá compulsivo en una o más de estas facetas) te azota esto: “la lucha contigo mismo en la que entras, el conflicto interno tremendo (añade Ana Isabel Rico), donde te dices esto: Yo ya tendría que manifestarme de otra manera… ¿pero y si lo pierdo?” ¿Y si pierdo el trabajo, el prestigio social, la imagen que he creado, el proyecto que tengo, a una persona que está a mi lado…? Revisa tus “¿y si lo pierdo?”. ¿Cuántos encuentras?

Vamos al tercer peldaño de este peligroso trayecto de olvido personal. La tercera consecuencia. El tercer descenso en la escalera.

– TERCERA CONSECUENCIA: EL TRASTORNO

Si continúas, si no frenas, te encaminarás a este punto. “Puedes llegar, sí, a un trastorno psicológico importante. Cuanto más lo vayas dejando, el conflicto emocional es mayor y te costará más trabajo superarlo”.
¿Es alto el precio que pagas? La respuesta parece (y es) obvia: “El rédito es muy alto, sí. No tanto a corto plazo, pero sí a medio y largo plazo: te metes en un camino donde va a haber más sombras que luces. Funcionas en la vida con un disfraz. Y si el engaño se descubre, si te lo echan en cara, la herida interna que esto te causa es importante“.
Entonces, ¿por qué lo haces, por qué lo hacemos? Viramos ahora hacia la parte práctica  de la ruta;te ayudamos a trazar el camino de vuelta hacia ti mismo.


 LOS POR QUÉS DE ELEGIR OLVIDARNOS

“Somos –asegura Ana Isabel Rico– personas inseguras. Todos. Quien diga lo contrario miente. Por eso no queremos ser nosotros, por eso tenemos miedo al rechazo, a no gustar, a que ese algo que sabes que tienes y que sabes que no agrada salga a flote y se vea y se conozca. Todos queremos ser la persona más maravillosa para alguien; todos nos decimos: A lo mejor, si me manifiesto como soy, no le gustoTodos tenemos algo que no queremos enseñar“.
Y todos elegimos. Elegimos entre mirar hacia dentro y solucionar nuestros conflictos (un trabajo personal potente de travesía y puesta a punto interna e individual)… o entre echar paladas de olvido a nosotros mismos y ponernos un disfraz. Con esta segunda opción sólo sumamos problemas a los problemas que ya arrastramos y tenemos: LOS PROBLEMAS (INMENSOS, COMO HAS VISTO) QUE SE DERIVAN DEL FINGIMIENTO.
“En la mayoría de los casos de ansiedad, lo que quieres es demostrar más de lo que puedes dar de ti. ¿Por qué lo haces, para qué? ¿Para que te digan lo bien que lo has hecho? Eso sólo te lleva a la fatiga y a la autoexigencia. Cuando te empiezas a sentir cómodo con cómo eres se va todo esto” (Ana Isabel Rico Prieto)
Nos queda aún un último apunte. Abrimos un libro y leemos para ti unos párrafos. Como tal vez habrás sospechado, estamos hablando del EGO. Ese ‘otro tú’ fabricado. El responsable del disfraz a medida que te has hecho. Sí, ése es el nombre de la careta que llevas, que llevamos: EGO. El ‘otro yo’. El yo falso.

GRANDEZA FRENTE A GRANDIOSIDAD

Quizá tu disfraz es el del sometimiento (te empequeñeces). Quizá tu disfraz es el del sometidor (te ‘adoras’). En ambos casos, las dos son polaridades de una misma balanza. Dos extremos irreales. En el centro es dónde tú estás.
El libro del que te hablamos es Un Curso de Milagros.
Describe este olvido de ti de manera excepcional, contraponiendo la GRANDEZA real del ser quien eres frente a la GRANDIOSIDAD que inventó tu ego para ti. Lo hace así:
Siempre que te vuelves consciente de tu grandeza, por vagamente que sea, abandonas el ego automáticamente: la insignificancia del ego resulta perfectamente evidente. Cuando esto ocurre, el ego cree que su ‘enemigo’ lo ha atacado, e intenta ofrecerte regalos para inducirte a que vuelvas a ponerte bajo su ‘protección’. El auto-engrandecimiento es la única ofrenda que puede hacer. La grandiosidad del ego es la alternativa que él ofrece a la grandeza de Dios. ¿Por cuál de estas dos alternativas te vas a decidir? 
El propósito de la grandiosidad es siempre encubrir la desesperación.
La esencia de la grandiosidad es la competencia, porque la grandiosidad siempre implica ataque. Es un intento ilusorio de eclipsar, pero no de deshacer.
Ahí tienes el funcionamiento interno del engaño. De cómo te niegas lo que eres y quién eres. De cómo niegas tu esencia siempre luminosa. Cerramos el mapa de este viaje con el último punto sobre el papel. La VERDAD que te dejaste arrinconada. Un Curso de Milagros te la muestra con esta nitidez:
Cuando pierdes la conciencia de tu grandeza es que la has reemplazado con algo que tú mismo inventaste. Quizá con la creencia en la pequeñez; quizá con la creencia en la grandiosidad. Ninguna de las dos son verdad.
Tu grandeza nunca te engañará, pero tus ilusiones siempre lo harán. Tus ilusiones son engaños. No puedes triunfar, pero estás EXALTADO. Y en tu estado de exaltaciónbuscas a otros que son como tú y te regocijas con ellos

El ego depende exclusivamente de que estés dispuesto a tolerarlo
¿Y lo estás?

miércoles, 27 de agosto de 2014

SEIS COSAS QUE DEBERÍAS SABER SOBRE LAS MENTIRAS




A más mentiras, más sustancia blanca. Un equipo de investigadores de la Universidad de California del Sur (EE UU) descubrió hace unos años que la estructura del cerebro de los mentirosos compulsivos es distinta de la de los honestos. Concretamente, los investigadores estadounidenses han detectado que los embusteros compulsivos tienen en el lóbulo frontal del cerebro más cantidad de sustancia blanca que de sustancia gris, en torno a un 22% más. Dicho de otro modo, cuanto más 'cableado' tiene un sujeto el lóbulo prefrontal mayor es la facilidad que posee para mentir, tal y como daban a conocer en The British Journal of Psiquiatry.
Cambios de temperatura en el rostro. Cuando una persona miente se produce un 'efecto Pinocho', debido al cual la temperatura de la punta de su nariz aumenta o disminuye. También ascience su temperatura corporal en la zona del músculo orbital, en la esquina interna del ojo, según una investigación realizada por la Universidad de Granda con ayuda de termografía, una técnica basada en la detección de la temperatura de los cuerpos . ¿Cuándo decimos bulos? Según un trabajo dado a conocer en Psychological Science, las personas se muestran más predispuestas a mentir cuando actúan muy rápido y con poco tiempo. Cuando tienen más tiempo para reflexionar, sin embargo, restringe mucho la cantidad de mentiras de su discurso y se resiste a engañar. Según concluyen los autores, lo mejor es no presionar a una persona que queremos que sea sincera.
Los ojos sí engañan. Aunque existe la extendida creencia de que el movimiento de los ojos de una persona puede revelar si está mintiendo, y en concreto que el movimiento de los ojos hacia la derecha mientras nos comunicamos indica falta de honestidad, un estudio publicado hace poco en PLUS ONE revela que esta idea es infundada. Según Caroline Watt, de la Universidad de Edinmburgo, la idea es carece de fundamento y ha quedado desmentida por sus experimentos.
Mentiras insanas. Decir la verdad mejora la salud física y mental de las personas, según un estudio titulado "Ciencia de la Honestidad" Y dado a conocer en la última convención Anual de la Asociación Americana de Psicología. Por término medio, se estima que un norteamericano miente 11 veces cada semana. En los experimentos con más de un centenar de personas, Antita E. Kelly y sus colegas de la Universidad de Notre Dame comprobaron que si se les pedía que redujeran el número de mentiras, transcurridas diez semanas su salud física y mental había mejorado notablemente.
El estómago detecta embustes. Los cambios en la fisiología gástrica podría proporcionar un método mejor que los polígrafos clásicos para distinguir quien miente de quién dice la verdad, según un estudio de la Universidad de Texas que ha identificado un vínculo directo entre el actor de mentir y el aumento de las arritmias gástricas. Los científicos emplearon simultáneamente electrocardiogramas (para el corazón) y electrogastrogramas (para el estómago).
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miércoles, 13 de agosto de 2014

Pacientes que abandonan la terapia psicológica. Perfiles y motivos que lo causan

Todos los psicólogos nos hemos encontrado que, aún delante de nuestras muchas recomendaciones de las posibles consecuencias, una cierta parte de nuestros pacientes abandonan la psicoterapia antes de que esta haya llegado, efectivamente, a término. Es aquello que, en otras ramas de las ciencias de la salud, llamarían una “alta voluntaria”. Y, aunque es bien cierto que, muchos de ellos, acaban retomando de nuevo la terapia, también lo es que se han dado pasos hacia atrás en el camino avanzado.
Entre estos últimos se encuentran los adolescentes. En este caso, podemos hablar, como muchas otras veces, del pensamiento mágico; muchos jóvenes creen que con el simple hecho de cruzar el umbral de la puerta del terapeuta o sentarse en su sofá, se curarán todos sus problemas, en tres o cuatro sesiones. Falta de adherencia al tratamiento, por falta de actitud; si no pones tu 50%, tendrás que afrontar la dura realidad, ni tan sólo los psicólogos tenemos “polvos mágicos” que resuelvan los problemas sin esfuerzo.

Los pacientes casados abandonan menos los tratamientos ya que la pareja suele actuar como coadyuvante e, incluso, a veces, y según en qué tipo de patologías, como coterapeuta. Darle esta responsabilidad al cónyuge sin patología supone que anulará cualquier intento de desistir del paciente, explicando las bondades del tratamiento y las consecuencias de no hacerlo.
También abandonan prematuramente  los pacientes con bajo nivel educativo. La mayor parte de las veces porque la jerga psicológica se les hace complicada, porque no entienden la finalidad ni el objetivo de la terapia y, sobre todo, porque lo único que saben es que “las pastillas” les funcionan muy bien o no les funcionan para nada. Por tanto, cargan de “poder” al tratamiento psiquiátrico y desnudan a la psicoterapia del mismo ya que se habrán visto abocados a hacerla por orden psiquiátrica o por insistencia familiar.
En contra de lo que se pueda pensar muchas veces, quizás demasiadas, abandonan el tratamiento psicoterapéutico pacientes que presentan psicopatologías severas o, incluso, sintomatología severa de una psicopatología que, en principio, tendría fácil solución. El abandono supone el agravamiento de dichas patologías y, demasiadas veces, no somos conscientes del daño que nos estamos inflingiendo pero la familia tampoco es especialmente insistente.
Visto ya quienes  se cogen el alta voluntariamente, nos podríamos preguntar ¿por qué lo hacen? o ¿ qué les lleva a acabar un tratamiento que, inicialmente, empezaron de forma libre y voluntaria?

Motivos más comunes de abandono de la terapia psicológica por parte de los pacientes

1.    La demanda ya no les preocupaCuando hablamos de demanda, en psicología, nos referimos al motivo que lleva a un paciente a la consulta de un psicológo. Puede ocurrir que dicho motivo, al llegar a la consulta, ocupe una posición central en la vida del paciente pero al transcurrir el tiempo se adopta una nueva percepción que permite minimizar o relativizar el problema, dejando de ser central y, por tanto, de preocuparnos. Sin embargo, ello no significa que este absolutamente resuelto
2.    El paciente se ha desmotivado. En psicoterapia, existen distintas corrientes. Normalmente, cada uno de nosotros estamos adscritos a una de ellas, por ejemplo, la cognitiva-conductual. Sin embargo, diseñar un tratamiento significa tener en cuenta las peculiaridades de cada paciente; su carácter, el objeto de su demanda, si ya venía motivado de casa o no…lo que no se puede es aplicar un mismo traje para todos los pacientes que entren en nuestra consulta porque a unos les quedará corto, a otros largo, otros lo romperán, a otros les irá holgado… y estos acabarán sintiendo que la  terapia “no sirve para nada” o “no me hace nada” o “no noto nada diferente”, se desmotivarán y acabarán abandonando.
3.    Expectativas demasiado elevadas respecto a resultados inmediatos. Otras veces, se abandona porque el paciente, al inicio del tratamiento, tiene unas expectativas demasiado altas respecto a la resolución casi inmediata de su problema. Aunque a estos pacientes se les avisa, al inicio, de que la psicoterapia es un proceso muy eficaz ( por ejemplo, 88% de eficacia para la psicoterapia cognitiva-conductual), por otra parte, es lenta ya que necesita su tiempo para poner en orden el revuelto armario emocional que lleva a consulta; de hecho, esta es una de las funciones más importantes del psicoterapeuta durante las primeras sesiones: nivelar las expectativas hasta un nivel razonable para no acabar provocándose el abandono por no haber satisfecho la idea con que el paciente llegaba a consulta y que forman parte de ese “pensamiento mágico” del que ya hemos hablado, el simple hecho de sentarse en el sofá del terapeuta o de traspasar su puerta ya remedia su problema.
4. Desconocer el número de sesiones que precisará el paciente durante la terapia. Se ha observado que se consigue una mejor alianza terapéutica cuando desde el inicio el paciente tiene una idea aproximada de cuántas sesiones necesitará para cumplimentar su tratamiento. También es cierto que, a excepción de en determinados casos, como en las terapias de parejas, es difícil dar un número exacto de sesiones ya que pueden producirse muchos factores inesperados a lo largo del tratamiento, tanto por parte del paciente como del psicólogo, o puede ocurrir que el paciente no responda al tratamiento, con lo cual volveríamos a encontrarnos que el paciente abandonaría, no por incumplimiento, sino por desmotivación o, especialmente, por expectativas no cumplidas. Por tanto, mantener un objetivo en el tiempo, aunque aproximado, ayuda a que el paciente sea fiel a la psicoterapia y, también, con las tareas de casa.
5. Falta de rapport con el psicológo. En psicoterapia, la calidad de la relación que se establece entre el paciente y el psicoterapeuta es básica, ya que si el paciente percibe que no existe una conexión con el psicólogo, que no le comprende o que minimiza sus problemas, el tratamiento fracasará por abandono del paciente.
6. Incumplimiento de las tareas para casa. La psicoterapia cognitivo-condutual, en el espacio intersesiones se basa en “tareas para casa”  que los pacientes deben realizar fuera de la consulta. Sin embargo, muchos de ellos creen que el tratamiento, acaba cuando finaliza la sesión y no vuelven a pensar en él hasta la siguiente sesión ya sea por pereza, por considerar que los ejercicios no son necesarios o que “no servirán para nada”. Esto implica que el tratamiento se retrasará, las expectativas de las que antes hablábamos no se cumplirán, y, como resultado, aparecerá la frustración y la desmotivación que produce el abandono.
7. Actitudes inadecuadas del psicólogo.  Frecuentemente, los pacientes que interrumpen su tratamiento repentinamente hacen responsable al psicólogo del abandono, lo cual no significa que siempre sea así pero sí que es cierto que,  en algunos casos, determinadas actitudes sí pueden acabar inintencionadamente con la psicoterapia. La mayoría de dichos pacientes afirman que han existido problemas como falta de competencia profesional, la personalidad del terapeuta  o la contradicción entre su discurso y los valores del paciente.
8. Negación a profundizar en algunos temas. Cuando un paciente acude a la consulta de un  psicólogo, normalmente lo hace con una demanda, es decir, con un problema que pretende solucionar. Pero, generalmente, este problema es sólo un síntoma de un conflicto más profundo. Por ello, y a pesar de que el paciente piensa en tratar su tema de demanda e, incluso, muchas veces, dice “pero eso ya lo tengo superado, y no quiero hablar de ello”, lo que nos está diciendo el síntoma es que, en realidad, no está tan superado como cree y, por tanto, es necesario hablar de ello. Y aquí empieza uno de los puntos de conflicto; tenemos un paciente que se niega a hablar de algo necesario, un psicólogo que necesita que el paciente exprese sus emociones y se libere, para poder continuar y la psicoterapia que queda frenada,  no avanza, generando frustración, tanto en el psicólogo como en el paciente, quien prefiere abandonar la psicoterapia.
9. Negación al cambio. En contra de lo que pueda parecer, muchos pacientes abandonan la terapia justo cuando empiezan a mejorar porque creen que ya no la necesitan con lo cual hay una elevadísima probabilidad de recaída. Esto se debe a que suele existir una cierta negación al cambio, de la misma manera que existe negación a profundizar en el síntoma. No podemos olvidar que cualquier tipo de patología que se ha arrastrado durante un cierto tiempo, la llegamos a interiorizar y es entonces cuando el cambio puede asustar de la misma manera que asusta todo aquello que no controlamos, que sea novedoso, aunque este es un proceso que se da a nivel inconsciente.
10. Consejo de otro profesional de una corriente teórica distintaAlgunos pacientes no se contentan con el criterio de un profesional sino que busca opiniones de diferentes profesionales. Pero, en esta búsqueda, no se tiene en cuenta algo de suma importancia y ya repetido en este artículo: no todos los psicólogos pertenecemos a la misma corriente teórica y, por tanto, las coincidencias entre un psicoanalista y un psicólogo cognitivo-conductual no son muchas. Obviamente, es importante escuchar varias campanas pero no podemos olvidar que demasiadas veces no elegimos el sonido que nos sería útil sino el que queremos oír.
Es el caso de los pacientes que abandonan la terapia para iniciar otra pero ¡sorpresa! De una corriente teórica distinta; de hecho, son pacientes que van de un psicólogo a otro en la búsqueda de que confirmen sus creencias o sus opiniones y que el psicólogo puede ya intuir, más o menos, que se producirá un abandono cuando una de sus primeras frases es “eres la tercera psicóloga que tengo. A las otras dos, las dejé… ya te contaré”.